Por: Jhony Cabrera, docente de la Escuela de Ingeniería Civil |
Asesoría académica como estrategia en el proceso enseñanza-aprendizaje de la educación superior
Hoy día no es un secreto para nadie, que en las aulas universitarias se exigen competencias duras, tanto para el docente como el alumno, donde la transferencia y captación de conocimiento parecerían insuficiente en la enseñanza y el aprendizaje de la época, dando lugar, de forma ineludible, el empleo de asesoría académica como estrategia de mejora en la calidad de la educación superior.
Según el proyecto Sócrate-Erasmus ¨Tuning Educational Structures in Europe¨ (Gonzáles y Wagenaar, 2003) el papel fundamentar del profesor debe ser el de ayudar al estudiante en el proceso de adquisición de competencias, abarcando el proceso de competencia tres ámbitos claramente definidos: lo que el alumno va a ser capaz de CONOCER (área académica), lo que el alumno va a ser capaz de HACER (habilidades y destrezas) y lo que el alumno va ser capaz de SER (actitudes y responsabilidades).
Evidentemente, estos planteamientos son de transformación en la actividad del docente, pasando de lo pasivo a una idea activa focalizada en el aprendizaje del alumno, es decir, lo que él será capaz de conocer, de hacer y las actitudes que el mismo alumno va adoptar aprendiendo de forma autónoma a lo largo de toda su vida.
Además, se persigue como competencia general que el alumno sea capaz de aprender de una forma autónoma, convirtiéndose así en el verdadero protagonista de su propio aprendizaje, por supuesto con la guía del docente.
La Asesoría Académica constituye una estrategia fundamental que da respuestas a estas exigencias, y que puede potenciar la formación integral del alumno, es decir, que desarrolle valores, actitudes, habilidades, destrezas y aprendizaje significativo. Además que constituye, sin dudas algunas, un recurso de gran valor para facilitar la integración del joven estudiante en la vida universitaria en los ámbitos académico, organizativo, administrativo, profesional y cultural; mejorar sus habilidades de estudio y trabajo, aumentar el rendimiento de los estudiantes, disminuir los índices de reprobación y atraso del alumno, disminuir las tasas de abandono de los estudios y mejorar la eficiencia académicas, orientar y asesorar en la toma de decisiones en relación con su futura labor profesional, fomentar en el alumno actitudes positivas sobre su desarrollo profesional, y cumplir con el objetivo de responder a las demandas sociales con más y mejores egresados que, al mismo tiempo, puedan lograr una incorporación exitosa al mercado de trabajo.
En este sentido el docente de educación superior pasa de ser un transmisor del conocimiento, en un facilitador, orientador, tutor o asesor académico del alumno, con el propósito que alcance una formación que le prepare para un desenvolvimiento acorde con su proyecto de vida.
La Asesoría Académica es una realidad a nivel internacional, alcanzando en los últimos tiempos un papel destacado, siendo considerada una estrategia de mejora de la calidad de la enseñanza donde se pone de manifiesto la figura del profesor asesor o tutor del alumno universitario.
El desarrollo de un Plan de Asesoría Académica con alumnos universitarios implica:
- Una atención personalizada a los jóvenes estudiantes, globalmente considerado, en todos sus aspectos y necesidades (intelectuales, sociales, académicas, personales).
- Transmisión de información, orientación, asesoramiento (académico, personal, social y vocacional) de los jóvenes estudiantes.
- Atención a cualquier problema o ámbito; intelectual, afectivo, social, familiar, profesional.
- Aceptación mutua docente-alumno.
- Transmisión de valores, actitudes y estilo de la institución.
En estas intervenciones personalizadas los protagonistas principales, el alumno y el docente asesor. La asesoría académica como estrategia en el proceso de enseñanza y aprendizaje experimenta resultados positivos en todas direcciones; favoreciendo la integración en el ámbito universitario, la motivación, la orientación y el rendimiento académico de los alumnos involucrados; hace reflexionar al alumno y tomar conciencia sobre sus propios estudios y las estrategias empleadas para llevar a cabo la planificación del estudio y la realización de los trabajos demandados; el contacto directo con los alumnos favorece la sinceridad y confianza de los mismos hacia el asesor académico, lo cual beneficia el desarrollo académico y personal de los propios alumnos; es un medio adecuado para inculcar valores positivos a los alumnos relacionados.
Referencias:
Lorenzo, O. y Heinsen, M. (2013). Plan de Actuación Tuturial, Asesoría Académica Intervenciones y Análisis. República Dominicana: UNIBE Editorial.
Mirón, C. (2008). Accion Tutorial con Alumnos Universitarios. Melilla: ADHARA Ediciones. Pags 17-111.
Breve perfil profesional del autor:
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