La ciudad y el urbanismo como competencias académicas

Elmer Gonzalez
Por: Elmer González, Directos de la Escuela de Arquitectura

Conocidas las tendencias mundiales  para la formación del arquitecto, y los modelos educativos basados en competencias, podría surgir la interrogante: ¿Cuáles son las competencias académicas más importantes para la formación profesional del futuro arquitecto?

La función social de la Arquitectura, la responsabilidad en materia de medio ambiente y sobre los valores patrimoniales en sentido urbano, así como el enfoque de ésta frente a posturas de urbanidad en procura de un desarrollo sostenible, social, cultural y económico, son esencia  de las competencias genéricas que se demandan actualmente a nivel universal en un profesional de la Arquitectura. En ese orden se  establece, como rango principal en las fases académicas, la importancia de entender el eje del Urbanismo y el concepto ciudad, como competencias esenciales en la profesión.

Generalmente en las plataformas experimentales académicas, se interpreta y se proyectan cambios a las ciudades en forma paralela, analizando y redefiniendo el conjunto de variables físicas y existenciales con que surgen los espacios de la estructura urbana. Es en las aulas donde se plantea de manera utópica, las nuevas esencias epistemológicas del concepto ciudad. En esos contextos educativos y formativos del arquitecto, es dónde y cuándo realmente se vislumbra la ciudad en las dos vertientes fundamentales del urbanismo: la fundamentación Histórica-Teórica  y la aplicación Proyectual-Práctica, las cuales marcan la condición ideológica de “ciudad” en el profesional.

En ese sentido, se  constituye directamente la “etapa académica” del arquitecto,  como un sistema panóptico de competencias para la  visualización urbana de las ciudades y sus prospectivas.

Según Miguel De Mena, en el texto Ciudad Hostil, Marzo 2002, “La urbanística todavía es un espacio a ser pensado más allá de sus contabilidades”. En ese orden, la producción de posturas conceptuales en el profesional sobre los proyectados “desarrollos urbanos planificados” de las ciudades que generalmente “no fueron planificadas”, debería surgir desde las universidades. La visualización integral de las variables  e indicadores de los  conglomerados urbanos consolidados y en desarrollo se origina en los contextos académicos, sobre todo en la constante persecución de los discentes y docentes, para que la estructura de la ciudad sea coherente no solo en inserciones puntuales y aisladas sino en la observación integral de las disyuntivas  utópicas sobre cuál debe ser el enfoque óptimo de la forma y esencia de las ciudades.

 

 Es evidente que los núcleos urbanos, son escenarios físicos existenciales en constante transformación, que actúan y se modifican con similitudes directas a organismos vivos. Cabe la reflexión en ese sentido,  sobre la real pertinencia de un  entendimiento académico adecuado en la competencia formativa sobre urbanismo, que debe tener tanto el docente como el estudiante y posteriormente el profesional egresado.

 Generalmente en las  academias de la región se genera un aprendizaje del urbanismo en orden teórico e histórico basado en modelos referentes intercontinentales ya desgastados (¿?) y en experimentos sobre diseño urbano centrados en pruebas compositivas de formas, proporciones y geometrías, que cada vez más dejan de lado la comprensión del contexto y el sentido del comportamiento mental humano, como bases lógicas  del urbanismo. Según E. Brea G. en el texto:”Urbanicidas”, (Sept.2008), establece que “El urbanismo y la arquitectura representan dos eslabones del sistema de aprendizaje y enseñanza que más valores aportan a la trascendencia de la cotidianeidad por su vínculo con el ser humano”.

 

En las fases formativas del urbanismo, es cuando comúnmente se producen en el estudiante, las contextualizaciones ideológicas de la evolución y  las prospectivas de ciudad y el inicio del entendimiento de sus elementos entrópicos. En estas etapas, los programas de aprendizaje son basados generalmente en parámetros comparativos de épocas, de los sistemas de trazados urbanos, de regiones geográficas y culturales, y se jerarquiza así  el  estudio de modelos referentes de “ciudades desarrolladas o paradigmas de planificación”, resultando de contextos disímiles y en desproporción directa con el contexto de desarrollo. Por esto es adecuado, como sistema de aprendizaje, que el sentido referencial en sentido global de interpretación espacial entre ciudades,  deba manejarse, con el sentido del contexto y en cierto modo como academias inquilinas y citadinas de una región determinada.

 

Es en el recipiente académico donde el arquitecto debe  conocer el perímetro y las interioridades de las ciudades  y toda la connotación que de ahí se deriva, para entender el énfasis sobre la convicción de ciudad, la desviación de clases sociales y la traducción que se visualizan en los guetos y en algunos factores inherentes al caso urbano.

Otro de los temas de debates académicos que sostiene el argumento sobre la idea de ciudad,  lo representa el concepto identidad y las variables diversas en el sistema urbano y en el ser humano, lo que conllevaría a añadir estos rasgos como competencias genéricas para el arquitecto y el urbanista.

Es preciso además entender que el ejercicio formativo académico sobre urbanismo, colinda directamente con la investigación; su esencia intrínseca es repensar la ciudad, lo que produce que las intervenciones proyectuales en las aulas deban  previamente, identificar la ciudad en sentido macro, las pautas y capas de sus componentes, a la vez que debe analizar conceptos y teorías que permitan establecer los modelos de control y desarrollo experimental adecuados para formar competencias en el manejo del espacio urbano.



Breve perfil del docente:

Dominicano, humanista, ecologista, ensayista, deportista, fotógrafo, folclorista e investigador. Licenciado en Arquitectura. Máster en Educación Superior Arquitecto egresado de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña en 1997. Posteriormente realiza la Maestría en Educación Superior de la UNIBE en el 2006. Ha sido conferencista y profesor invitado en congresos y seminarios internacionales sobre Urbanismo, Arquitectura y Educación Superior, así como coordinador de talleres internacionales de Diseño Arquitectónico, Sostenibilidad, Servicio Comunitario y Tecnologías.  Catedrático Universitario. Asesor de Trabajos de Grado. Profesor de la Universidad Iberoamericana (UNIBE); ha tenido participación docente en los diez niveles de Diseño Arquitectónico, Diseño Urbano y Diseño de Interiores de la carrera de Arquitectura.

Es el Vicepresidente de La Sociedad de Arquitectos de la República Dominicana, (SARD). Es el Vicepresidente para los países de habla hispana (Cuba, Puerto Rico, Costa Rica, República Dominicana, Honduras, Nicaragua, Panamá, Venezuela), de la Federación Caribeña de Asociaciones de Arquitectos, FCAA. Es el Delegado de República Dominicana ante la Unión de Escuela y Facultades de Arquitectura de América Latina, UDEFAL, y Coordinador para la Región del Caribe de Investigación, y Arquitectura de la UDEFAL/CLEFA. Conferencia Latinoamericana de Arquitectura. Jurado internacional de la XXIV Bienal Estudiantil Latinoamericana de Arquitectura en San Jose, Costa Rica. Galardonado a la “Excelencia Académica en Arquitectura UNIBE 2008”. Galardonado como “Profesor Meritísimo de Arquitectura 2008”, distinción avalada por las diez Escuelas de Arquitectura de la República Dominicana. Ganó Premio Bienal en la categoría de Diseño Arquitectónico y Obra Construida en la XI Bienal Internacional de Santo Domingo, BIASD, con la obra: Villa Enero. Vivienda Periurbana. Reconocido como: “Egresado y Profesor Destacado” de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, UPHU, 2011. Ha publicado ensayos y artículos en revistas especializadas de Arquitectura, y artículos diversos de sociología urbana en Periódicos Digitales. Es coordinador general de la XI Bienal Internacional de Arquitectura de Santo Domingo, BIASD 2012 y de la Bienal del Caribe de Arquitectura para el 2014. Actualmente es asesor de la Liga Municipal Dominicana y del Ayuntamiento Municipal de Cabral y desarrolla el plan estratégico de esa ciudad. Es miembro directivo de la Fundación Erwin Walter Palm. Miembro del colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores, (CODIA). Dirige programas internacionales de servicio comunitario e interés social en varias instituciones de la Republica Dominicana.

 

11 diciembre 2014

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